Te amo.

El único Dios en el que creo

Dios nos hizo con dos brazos y con dos piernas, también no hizo con la capacidad de amarnos, de querernos, de tocarnos, de sentir con la yema de los dedos un pecho acelerado por la excitación... y eso, eso no puede ser pecado. No es fácil y nosotros nos empeñamos en hacerlo más difícil y enrevesarlo como si no nos bastáramos nosotros mismos, como si no se bastara la propia humanidad para complicarlo todo. Porque amar es entender también el rechazo, entender que te van a hacer daño, entender que vas a sufrir, vas a llorar, y es entender que las cosas son muy distintas al sacramento del matrimonio. Hoy te casas y vives feliz para toda la vida... falso, es falso, por mucho que vayamos proclamándolo.  Creo que no sabemos lo que es el amor. Pero si algo he aprendido en estos años es que si apretar un cuerpo hasta convertirse en uno, si eso es pecado, señores, yo soy pecador. 

Porque el único Dios en el que creo es el amor.
Hoy, quiero amarte.